
La juventud como un todo homogéneo no es “criminalizada”, sino que las juventudes, con sus particularidades de género, de clase, de etnia, son criminalizadas de diferentes formas.
¿Por qué juventudes?
Se habla de “juventudes criminalizadas” pues se entiende que no es acertado referirse simplemente a una “juventud criminalizada”. Siguiendo a Duarte Quapper, es necesario ser precavidos en el estudio de lo “juvenil” y no caer en lo que él denomina las “trampas del adulto-centrismo”. Resumidamente éstas son: 1) la universalización como homogeneización (considerar a la juventud como una sola, singular y total al mismo tiempo); 2) la estigmatización que se hace del grupo social juventud y de sus prácticas y discursos (la mayoría de las veces la relación que las distintas sociedades construyen con sus jóvenes se funda básicamente desde los prejuicios y estereotipos, se tiende a patologizar a la juventud); 3) la división etapista del ciclo vital (se plantea que se es joven o se es adulto, negando la posibilidad de convivencias o simultaneidades en la posición que asume socialmente); 4) la idealización de la juventud como objetivación esencialista (se les endosa a los jóvenes una responsabilidad como los portadores de las esperanzas del cambio y la transformación de las distintas esferas de la sociedad, por el sólo hecho de ser jóvenes) (Duarte Quapper, 2000).
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